Después de intentar visitar el último país que me quedaba por hacerlo,de los 45 que tiene Europa, conseguí entrar por medio de una agencia Alemana, ya que en España no hay ninguna que vaya a ese país, eso contando que este año han suavizado los requisitos para hacerlo, porque aunque haga 28 años que cayó el muro de Berlin, hay paises como éste que siguen con el régimen comunista.
Después de conocer otras ciudades de la desaparecida, afortunadamente, Unión Soviética, que la mayoria son iguales rivalizando en fealdad, me sorprendió encontrar una ciudad nueva con largas y amplias avenidas, grandes espacios verdes, buenos trasportes públicos y muy limpia, pero encontré la gente muy seria, no si será porque los eslavos son asi o por el régimen politico que todavia sufren.
El 80 por ciento de la ciudad fué destruida en la segunda guerra mundial, de ahí que sea nueva, se reconstruyó al estilo sovietico, aunque después de la caida del régimen haya crecido con nuevas edificaciones, eso de que para conocer una ciudad hay que patearla aquí no sirve, porque las distancias son enormes, excepto en los hoteles, es prácticamente imposible encontrar a alguien que hable inglés, con lo que la comunicación con la población es sumamente dificil, a lo que hay que añadir que está todo escrito en alfabeto cirílico.
La diferencia entre un turista y un viajero es que, aquél no sabe de donde viene y éste no sabe a donde vá, de este país se vuelve como el primero.
Este año se celebra el 950 aniversario de la ciudad de Minks.
Catedral ortodoxa del Espiritu Santo en el centro de la ciudad, las misas suelen durar hasta tres horas, hay que estar de pie, porque no hay asientos, no se puede tocar ningún instrumento musical y todo lo que se oye es canto a capela.
Como el comunismo cuando gobierna una de las primeras medidas que toma es prohibir la religión, como hizo la Unión Soviética, una vez que el régimen colapsó se llenaron las iglesias a rebosar y así siguen.
Hay avenidas que tienen más de 15 kilometros y tres o cuatro carriles en cada dirección, todos los edificios suelen ser de la misma altura.
La plaza de la Victoria es el corazón de la ciudad, se refiere a la Segunda Guerra Mundial, donde perdieron la vida más de dos millones de Bielorrusos.
Iglesia Católica de San Simón y Santa Elena en la plaza de la Victoria.
En las grandes avenidas hay poca gente por la calle, por ésta y otras circunstancias me pareció un país triste y aburrido, no hay ambiente.
Posiblemente la mejor esquina de Minks con el Gran Café, antiguo y precioso.
El ayuntamiento de Minks, supongo que será el antiguo, porque no tenia ninguna actividad, pero la falta de comunicación es un problema.
Las llamadas puertas de la ciudad, típicamente de estilo soviético.
En las grandes ciudades soviéticas los circos eran una institución, el de Mikns sigue siendo muy popular y en plena actividad.
El teatro de la ópera de Minks, uno de los más grandes de Europa rodeado de grandes jardines fuentes y espacios verdes.
Fuera del centro surgen edificios de cristal y grandes centros comerciales, en este caso a orillas del rio Svisloch.
El barrio de la Trinidad de casas bajas se puede considerar el casco viejo.
Monumento a la iglesia Ortodoxa Rusa, no ví las típicas torres ortodoxas rusas en forma de cebolla.
La ciudad tiene unas zonas verdes y parques enormes, pero hay que tener buena forma física para recorrerlos.
Otra de las enormes avenidas de la ciudad, el edificio de la izquierda es uno de los muchos casinos que hay en la ciudad, sus mejores clientes los Rusos, porque en Rusia está prohibido el juego y no necesitan ningún requisito para pasar la frontera entre ambos paises.
Si me tuviera que quedar con una curiosidad de la ciudad, es que todos los edificios tienen iluminada la parte de arriba de los mismos.